CC.OO. de Madrid advirtió hoy de que el 38 por ciento
de los trabajadores madrileños corre el riesgo de sufrir sordera
debido a las condiciones de trabajo, según pudo constatar el
sindicato en las más de 800 visitas realizadas a empresas en
lo que va de año en el marco del Plan Director de Prevención
de Riesgos Laborales.
Así lo afirmó la organización esta mañana
durante una Jornada sobre prevención y control de la exposición
al ruido en el trabajo.
En ella se habló del ruido como uno de los factores de riesgo
más comunes en el ámbito laboral, aunque también
uno de los más ocultos, dado que se acepta como un &aquot;mal necesario&aquot;,
sobre todo, en la industria.
Según el sindicato, el reconocimiento oficial de empleados afectados
por sordera debido a las condiciones de trabajo es &aquot;prácticamente
nulo&aquot;. En este sentido, indicó que el número de hipoacusias
o sorderas profesionales reconocidas como Enfermedad Profesional en
la Comunidad de Madrid en el año 2004 es de 43.
EFECTOS DEL RUIDO
La médica del trabajo de CC.OO. de Madrid, Carmen Mancheño,
apuntó que la pérdida de la capacidad auditiva o hipoacusia
es el efecto perjudicial del ruido más conocido, pero no el único.
Otros efectos nocivos son el daño psicosocial, la alteración
del rendimiento laboral, la fatiga, el estrés, la hipertensión
arterial, el insomnio, vértigos, alteración del ritmo
respiratorio, disfonías e incluso nódulos por la necesidad
de hablar alto o gritar y en las mujeres, incluso riesgos en el embarazo
y el feto.
Mancheño aseguró que se han descrito aumentos de entre
un 20 y un 30 por ciento de incremento de sufrir ataques al corazón
en personas sometidas a más de 65 decibelios en periodo diurno.
Según explicó, el límite para evitar la hipoacusia
es de 80 decibelios para una exposición de 40 horas semanales,
a un ruido constante. Los sonidos más perjudiciales son los de
frecuencias altas, superiores a 1.000.
La mayor parte de los ruidos industriales se componen de ondas acústicas
con estas frecuencias.
Además, señaló que los equipos de protección
individual como los tapones o los auriculares &aquot;suelen ser insuficientes
y pueden provocar riesgos al disminuir la audición y, por tanto,
las medidas de protección deben actuar sobre el foco emisor para
reducir la exposición al ruido, como el apantallamiento, insonorización
o cualquier medida técnica que reduzca la exposición al
ruido&aquot;.