La Asociación de Personas Sordas de Austria (ÖGLB) ha presentado
el “Primer Informe sobre la Discriminación de la Comunidad
Signante de Austria”, en el que se enumeran por primera vez las
dificultades a las que se enfrentan las personas sordas, con testimonios
recogidos por todo el país, y con la finalidad de acelerar el
reconocimiento de la Lengua de Signos Austriaca y su inclusión
en la Constitución.
La presidenta de la asociación, Helene Jarmer, explica que “los
usuarios de la Lengua de Signos se enfrentan a menudo a un desconocimiento
e ignorancia respecto a nuestra lengua. Ahora mostramos de forma precisa
desde nuestra perspectiva cómo nos sentimos y qué consecuencias
conlleva esa ignorancia”.
La paleta es amplia: desde problemas laborales, educativos – actualmente
no es necesario que los profesores en los colegios para niños
sordos sepan Lengua de Signos – hasta barreras en la vida diaria,
como la información por megafonía de las estaciones de
tren. Muchas de estas deficiencias no son malintencionadas, simplemente
“se olvida que no todos podemos oír”, se lamenta
Jarmer.
La ÖGLB exige que la Lengua de Signos sea por fin oficialmente
reconocida y que se añada en la Constitución.
Para acelerar el proceso, este Informe sobre la Discriminación
ha sido enviado a todos los diputados del Parlamento austriaco.