"En el Ministerio de Educación se tiran la pelota entre
las funcionarias de la enseñanza privada y la pública,
y todavía seguimos esperando que alguien nos dé una respuesta
para que Trinidad pueda volver a la escuela de Arroyo Seco donde cursó
el nivel inicial", denunció Carina Isnardi, la madre
de Trinidad Santana, una nena de 6 años que era sorda de nacimiento
pero a la que un implante coclear le devolvió la audición
hace más de un año.
La niña cursó el nivel inicial en la escuela privada
confesional Santa Lucía, de Arroyo Seco, pero el establecimiento
no aceptó su reingreso a primer año de la EGB, porque
aún presenta dificultades en el habla y necesita una maestra
integradora. Desde diciembre del año pasado, la mamá de
Trinidad realizó innumerables gestiones en el ministerio para
definir la situación de su hija, pero a casi dos meses de haberse
iniciado las clases aún no obtuvo respuesta.
"El 22 de febrero tuvimos una reunión con la supervisora
del Servicio de Enseñanza Privada, Lidia Benedetto; con la jefa
de departamento, Estela Larramendi; la supervisora Adriana Cantero,
y autoridades de la escuela Santa Lucía. Allí, Benedetto
nos pidió una evaluación de una escuela especial sobre
la condición de Trinidad, y si este estudio arrojaba buenos resultados
se comprometió a hacer ingresar a la nena a su colegio",
señaló Carina.
Por eso, Trinidad comenzó a cursar en la escuela para hipoacúsicos
Nº 2.119, de Villa Gobernador Gálvez. Según su madre,
la evaluación realizada en ese establecimiento "demostró
que Trinidad puede integrarse socialmente a su escuela original".
"Sin embargo -denunció-, Benedetto faltó a su compromiso
de reingresar a la nena en la Santa Lucía. Se lavó las
manos, dijo que no tenía nada que ver. Y más aún:
en Educación ahora se tiran la pelota entre los funcionarios
de Enseñanza Privada y Pública y nadie nos da una respuesta".
Mientras, Trinidad y Carina deben viajar todos los días al colegio
de Villa Gobernador Gálvez "donde su directora es de una
calidad humana excepcional".
"En este tiempo la nena ha aprendido muchísimo, pero la
actitud de las funcionarias de Educación sigue impidiendo su
socialización, que justamente debe ser entre chicos que son oyentes,
más allá de su problema de oralización que deberá
ir superando", remarcó.
"Ir todos los días hasta Villa Gobernador Gálvez
nos significa un gasto importante, además Trinidad vuelve cansada
y no tiene tiempo ni ganas de hacer algunas de sus otras actividades
que venía realizando, como patín y deportes", sostuvo
Carina.
"El miércoles pasado estuve cinco horas en el ministerio
tratando de que alguien me diera una respuesta. Sólo una escalera
separaba a las funcionarias de la Enseñanza Privada y la Pública
para que se pusieran de acuerdo sobre la situación de Trinidad,
pero ninguna de las supervisoras y directivas quiso bajar o subir para
buscar una solución. El tiempo pasa y nadie se hace cargo de
esta situación que estamos viviendo", añadió
la mujer.
Trinidad fue intervenida el año pasado en el hospital Garrahan
para resolver la hipoacusia bilateral profunda que padecía, ocasionada
por una enfermedad que afectó a su mamá durante el embarazo.
Después de haber sido sometida a innumerables tratamientos, los
profesionales que la atendieron llegaron a la conclusión de que
la única forma de revertir su sordera era a través de
un implante coclear, como realmente ocurrió.
Ahora, sigue esperando su oportunidad para demostrar que puede ser
una nena como todas. "Salvo por el habla, Trini es una nena completamente
normal y merece una oportunidad. Sólo eso pedimos: una oportunidad
para demostrar que ella puede", remarcó Carina mientras
aún aguarda una respuesta desde la burocracia educativa provincial.
Osvaldo Flores / La Capital