Viernes, 2 de Marzo de 2007 - Ciencia / Salud
Otoemisión acústica

Los estudios de detección temprana de trastornos auditivos permiten determinar si el bebé escucha como debiera. Durante esta etapa, si existe una anomalía, el problema es reversible.

La detección de trastornos auditivos en los recién nacidos es muy importante, ya que el bebé necesita oír para aprender a hablar y a socializarse.

La audición permite además desarrollar habilidades intelectuales y cognitivas, porque a través de ella se logran reconocer sonidos e identificarlos, para formar palabras y oraciones y expresar las ideas y los sentimientos.

Actualmente se calcula que en la Argentina 1 de cada 1.000 niños es sordo y 1 de cada 100 desarrollará problemas auditivos.

El nuevo método para la detección auditiva se denomina "Otoemisión acústica" (OEA), y mediante él se puede determinar el estado general del oído y si existen probabilidades de problemas auditivos.

Lo vital de este estudio es realizarlo lo más pronto que sea posible.

Lo recomendable es antes de los 6 meses de vida, ya que durante esta etapa el sistema sensorial está en desarrollo y todavía puede tratarse.

La otoemisión, puede hacerse a partir de las 48 horas de vida, y se trata de un test infalible, objetivo, rápido, no invasivo y totalmente indoloro, en el cual no se utiliza medicación ni sedación.

Al bebé se le coloca una especie de audífono, adaptado al tamaño de su oreja, y a través de un aparato especial que envía un sonido, se mide la resonancia de la emisión contra las paredes del tímpano, es decir la respuesta espontánea del órgano auditivo a determinados estímulos.

Ayuda en este proceso una computadora que decodifica la información obtenida por este aparato.

Cabe decir que la otoemisión puede ser efectuada en personas de cualquier edad.

La evaluación demora, según el caso, 30 segundos y no son precisas ningunas recomendaciones previas ni posteriores. Incluso la madre puede darle de mamar al bebé mientras se le realiza la otoemisión.

Si mediante los resultados se determina que existe una anomalía, será preciso un tratamiento. Este dependerá del grado de sordera, la edad del niño, etcétera.

El tratamiento, que consiste en distintos tipos de estimulaciones, suele durar aproximadamente 5 años. Después de ese lapso si la sordera era total se recupera gran parte de la audición; si era leve se adquiere la audición totalmente.

FUENTE: DIARIO DE CUYO