Dylan Beasley, de 13 años, es un chico sordo australiano que
ha denunciado haber sufrido humillaciones, ansiedad y estrés
durante su estancia en la Escuela Primaria Pearcedale entre 1999 y 2003.
Dylan utiliza la Lengua de Signos Australiana llamada Auslan, pero en
la escuela sus ocho profesores e intérpretes sólo le enseñaban
en inglés oral, escrito y signado, lo que el niño no comprendía.
Por eso, la madre de Dylan, también sorda, ha presentado una
demanda por discriminación contra el Departamento de Educación
exigiendo 50.000$ australianos (unos 30.500€) de compensación.
No es suficiente con que la educación sea en lengua de signos,
sino que debe ser además una lengua de signos que el alumno comprenda,
y poner a una de las madres de los alumnos como intérprete no
es un servicio adecuado ni igualitario, sólo atiende a motivos
económicos, alega la madre de Dylan.
Por ahora, ya ha conseguido que el Tribunal rechace la solicitud del
Departamento de Educación de que la denuncia sea desestimada.