Viernes, 11 de Marzo de 2005 - Deporte
El grupo de jóvenes hipoacúsicos que juega hockey busca consolidarse

Un grupo de 20 chicos de entre 14 y 24 años integra el equipo de hockey para sordos e hipoacúsicos que coordinan Sergio Balette y su hija Andrea (19).

El conjunto es seguido por las principales autoridades nacionales y latinoamericanas de este deporte y existe la idea de que estos chicos se incorporen a un circuito regional.

El proyecto comenzó a desarrollarse el año pasado antes de las vacaciones de julio como actividad normalizada dentro de la hora de educación física de la escuela especial N°10. “Entonces los destinatarios eran sólo los alumnos de la institución” contó Sergio.

La interconexión entre deporte y psicoterapia tiene una larga tradición y los chicos que conforman este equipo han comenzado a experimentar sus beneficios. Los docentes aseguran que a partir de la práctica de hockey la conducta y la atención de los estudiantes en clase ha mejorado considerablemente y la predisposición al estrés habitual, que suelen presentar sordos e hipoacúsicos, se hace menor.

Actualmente el trabajo continúa siendo en cooperación con la escuela pero los entrenamientos se realizan en el polideportivo Ernesto “Finito” Gehrmann los lunes, miércoles y viernes de 15 a 17.

El proyecto, que es subsidiado por la Federación Misionera de Hockey sobre césped y donaciones de entidades oficiales, tiene como objetivo ser declarado de interés provincial para ser llevado a distintos puntos de Misiones.

Integración:

La mirada es el primer movimiento. Le siguen la presencia, el cuerpo, las intenciones, los comportamientos, un sinnúmero de códigos empiezan a intercambiarse y se conjugan en el instante en que comienza el partido.
“Ellos juegan con cuatro árbitros que usan dos banderas, la roja marca el lugar de la infracción y la verde el sentido. En el juego tradicional son dos árbitros", afirmó uno de los instructores. “Esa es la diferencia técnica entre el hockey para oyentes y para hipoacúsicos”, explicó Sergio.

Susana Monteggia (16) es la única mujer del equipo por el momento, pero espera que otras se animen a jugar.
Los profesores coinciden en que cada chico es diferente. En ese sentido argumentaron que “cada uno tiene un tiempo para adaptarse al hockey.

Los problemas familiares y sociales que se presentan en el grupo son tema de preocupación para el entrenador. “Hay padres que dan todo y otros la total indiferencia" y “uno dice, pero ¿cómo el padre no va ayudar a su hijo? Y sí pasa”, se lamentó Sergio Balette.
El grupo y sus guías anhelan consolidarse como tal, y ya es un logro que hayan convertido en realidad un proyecto tan soñado.

Una llegada por casualidad:

“Tanta ropa me da calor, pero me gusta ser arquero” expresó con sus manos Sergio Cabrera (19), en un alto de su entrenamiento. Andrea hizo de traductora de lenguaje de señas, una de las primeras cosas que los Balette tuvieron que aprender para comunicarse con los chicos.
Cabrera comentó que llegó al equipo por casualidad, ya que un día paseando en bicicleta vio a los chicos jugando y decidió “curiosear”.
Antes había practicado otros deportes como voley, taekwondo y fútbol. “Para mí es todo visual, nada de sonido” explicó el guardavalla.


Los inicios y su evolución:

Sergio Balette es integrante de la comisión directiva de la Federación Misionera Amateur de Hockey sobre Césped y Pista. “El proyecto llegó a mis manos a través de un CD que me entregó un integrante de la Federación Internacional de Hockey (FIH), cuando me encontraba en Asunción haciendo un curso de juez”, contó. Seis meses después se comunicó con autoridades de la escuela especial N°10 y el proyecto comenzó a desarrollarse en julio del año pasado cuando representantes de la Confederación Argentina de Hockey sobre césped entregaron materiales didácticos de esta disciplina para llevar la práctica de este deporte a los alumnos hipoacúsicos del establecimiento educativo.

Por su parte, Andrea Balete destacó que se sumó casi sin querer al proyecto que hoy le da satisfacciones. “Yo sólo estaba como colaboradora, pero la profesora destinada a los entrenamientos tuvo que cumplir otros compromisos y entonces me propusieron esta tarea” recordó.
“Mi miedo era que no había trabajado antes con chicos especiales, pero esto me llena, me gusta y nos divertimos mucho”.

FUENTE: TERRITORIO DGITAL