Muchas de las empresas británicas que no tienen en cuenta las necesidades
de los consumidores con discapacidad auditiva, se arriesgan ahora a
tener que enfrentarse con la siguiente parte de la Ley de Discriminación
por Discapacidad, que se introducirá en octubre de 2004.
La nueva ley exige a las empresas que se aseguren de evitar cualquier
obstáculo innecesario para los consumidores discapacitados auditivos,
entre otros, a la hora de comprar productos o servicios en tiendas,
bancos y oficinas.
Un estudio
llevado a cabo por la asociación británica de personas sordas y con
discapacidad auditiva, el RNID, en el que participaron 396 empresas,
muestra que solamente el catorce por ciento (14%) de las empresas son
conscientes de las exigencias de la nueva ley. El 69 por ciento de los
negocios no piensan hacer cambios ni mejoras para asistir a los consumidores
con discapacidad auditiva. A partir de octubre de 2004, las compañías
estarán más expuestas a quejas y demandas si no reúnen las normas establecidas
por la Ley de Discriminación por Discapacidad.
Sólo el dos por ciento (2%) de las empresas planean instalar equipos
especiales, como la tecnología telecoil, y proporcionar cursos a sus
empleados para enseñarles a atender apropiadamente a los consumidores
con discapacidad auditiva.
"Los consumidores sordos y con problemas auditivos no pretenden que
los pequeños comercios realicen cambios costosos, pero gracias a la
Ley de Discriminación por Discapacidad tienen el derecho de pedir que
se hagan unos &aquot;reajustes razonables&aquot;", dice el DR. John
Low, Director Ejecutivo de la revista del RNID, OneInSeven.
Como consecuencia de la falta de concienciación de las empresas sobre
las nuevas normas legales, y de su falta de consideración con las necesidades
de los consumidores con discapacidad auditiva, el RNID ha iniciado una
campaña para aumentar la concienciación sobre los problemas asociados
a la pérdida de audición