Una pérdida de audición de severa a profunda
solo ha hecho que Stanley Glenn agudice sus sentidos y amplíe
sus ambiciones.
Ser
abogado de oficio en una de las regiones de Florida con más índice
de criminalidad, es todo un reto para él. El número de
casos que tiene asignado es considerable. En cualquier momento puede
tener entre manos de 140 a 190 casos criminales. Tiene que estar preparado,
saber todos los hechos de cada caso y anticiparse a los movimientos
de la acusación. En la tensa atmósfera de la sala de justicia,
debe comprenderlo todo, sin perder detalle, de las intervenciones de
la defensa, el juez, los testigos y los defendidos. Además, debe
ser capaz de no descansar en todo el día, la vida de las personas
esta en juego.
"A veces, da un poco de miedo," comenta Stanley, refiriéndose
a los casos de clientes con delitos de tráfico de drogas o delitos
sexuales. "Llevo casos de cadena perpetua. Y eso es una gran responsabilidad."
Pero además, resulta que Glenn tiene una discapacidad auditiva
de severa a profunda. Sólo puede oír una pequeña
parte de lo que se dice, aun llevando puestos audífonos digitales
de última generación. A pesar de esto, según sus
colegas del palacio de justicia del condado de St. Lucie, en Fort Pierce,
Florida, Glenn nunca se altera.
Este es el resultado de las ayudas técnicas y todas las habilidades
especiales que Glenn ha adquirido a lo largo de su vida, para superar
su pérdida de audición. En la sala de justicia, lee lo
que se está diciendo en una pantalla que trascribe en tiempo
real el estenotipista del tribunal, mientras al mismo tiempo escucha,
lee los labios y saca más información de las expresiones
faciales y el lenguaje corporal de las personas.
Los jueces que normalmente presiden los casos de Glenn, le consideran
una persona extraordinaria. Los abogados que trabajan con él,
le consideran un ejemplo a seguir. Pero, aunque tiene una buena reputación
entre sus colegas, los hombres y mujeres a los que representa son escépticos
al principio. Glenn no se ofende cuando piden otro abogado.
"Sé que es difícil para cualquier persona poner su vida en manos de
alguien, y más aun cuando ese alguien no siempre puede oír lo que se
está diciendo. Por eso, le digo a un posible cliente que le voy a demostrar
que puedo llevar su caso. Al fin y al cabo, quiero que mis clientes
digan:Creo que he tenido la mejor representación posible, tanto como
abogado de oficio o privado. Para mí, oír que alguien dice esto es la
mayor recompensa que puedo esperar."
A los 28 años, Glenn ya se había enfrentado a más
retos que la mayoría de las personas en toda una vida. Probablemente,
nació con pérdida de audición, pero no se la diagnosticaron
hasta que no tuvo casi los cuatro años. Su profesor de preescolar
se dio cuenta de que no respondía a sus preguntas a no ser que
se le pusiera delante.
Durante su infancia en Filadelfia, Stanley Glenn no dejó en ningún
momento que su pérdida auditiva fuese un obstáculo a la
hora de aprender. Su madre, profesora, y su padre, jugador de baseball
profesional en la antigua Liga Negro, que posteriormente trabajó
en una compañía de suministros eléctricos, le enseñaron
a valorar la honestidad, a tener determinación y ambiciones.
Al graduarse en el instituto, tomó la valiente decisión
de abandonar la seguridad del hogar familiar para asistir a la universidad
de Virginia Wesleyan, en Norfolk, Virginia.
Como estudiante de primer año, tuvo muchas dificultades para
seguir el hilo en las clases que se daban en aulas con más de
100 estudiantes. Para superar este problema, desarrollo la estrategia
de prepararse y anticiparse.
Aprendió que los profesores son maestros en costumbres. Basándose
en el lugar que más les gustaba en el aula, se colocaba normalmente
en la primera o segunda fila para estar en un lugar estratégico
para escuchar y leer los labios. Se preparaba cada semestre leyéndose
los libros de los profesores por adelantado, y se leía el libro
de texto que tocaba antes de la clase.
"Hay más cosas predecibles en la vida de lo que la gente
piensa," dice Glenn. "Yo dependo de esta previsibilidad. Pienso
por adelantado lo que la otra persona va a decir, y la mayoría
de las veces funciona."
Glenn estudió derecho en la Universidad Católica de Washington,
D.C., aun a sabiendas que muchos abogados nunca llegaban a poner los
pies en un tribunal, y asistió a clases que le exigían
estar de pie frente a una audiencia.
Con su licenciatura en ciencias políticas y en filosofía
por la universidad de Virginia Wesleyan y titulado en derecho por la
Universidad Católica, se quedó en Washington con la idea
de hacer una carrera política. Sin embargo, trabajando como estudiante
de prácticas en un comité del congreso, se dio cuenta
de que gran parte del trabajo de los que legislan, consiste en buscar
contribuyentes para las campañas electorales. Compartió
esta desilusión con su novia, Lisa, que es ahora su mujer, y
decidieron mudarse a Florida. En Florida, Lisa Glenn trabaja para una
compañía de suministros médicos, y Stanley Glenn
se ha convertido en uno de los pocos abogados de oficio del estado con
una discapacidad auditiva severa.
Como abogado defensor, trabaja más duro que nunca para prepararse
y anticiparse. Cada día, explica Glenn, busca una manera mejor
de hacer las cosas, mientras agudiza su instinto y sus sentidos, superando
su pérdida auditiva y trabajando para ser el mejor abogado para
sus clientes. Día tras día, dice Glenn, al ir teniendo
más experiencia, el ser discapacitado auditivo es cada vez menos
problemático.
"He aprendido que nada es imposible," continúa. "La
mayoría de las veces, siempre que he querido hacer algo, había
algún obstáculo debido a mi discapacidad auditiva. Pero
simplemente hay que intentarlo una y otra vez. Es una cuestión
de ambición, determinación y perseverancia."
A Stanley Glenn le apasionan los desafíos. "Es peligroso
para un joven abogado como yo, hacer solo una cosa," dice. Stanley
piensa que es necesario ampliar el campo de acción y puede fácilmente
imaginarse en un futuro como socio en un bufete de abogados, o incluso
como juez.
"Al final y al cabo," comenta, "siempre querré
ampliar mis conocimientos como abogado y como ser humano".