Basado en las aventuras de Huckleberry Finn, de Mark Twain, el espectáculo
Big River se presenta con gran éxito en el Mark Taper Forum de
Broadway. Pero lo importante no es sólo la calidad del montaje,
sino que se trata de una obra en la que los actores son Sordos
y trabajan con colegas oyentes.
Este
es un musical que atrae multitudes con 7 actores Sordos entre
el elenco de 18 personas, una mezcla pionera de actores que
se realiza gracias a la planificación precisa y al abundante
talento en un espectáculo que también va en contra de
las corrientes teatrales. Todas las líneas y las canciones
están expresadas y comunicadas con lengua de signos
en la producción que protagonizan el actor Sordo Tyrone Giordano,
en el papel de Huck, y el veterano de Broadway Michael McElroy, como
el esclavo fugitivo Jim.
Este no es el primer espectáculo de Broadway en el que
aparecen personas Sordas en el reparto. La obra Children of
a Lesser God, que ganó varios premios Tony en 1980, presentó
un personaje Sordo. Posteriormente se convirtió en una película
y la actriz Marlee Matlin, quien es Sorda, ganó el Oscar
por su papel en el filme.
Todos
los actores expresan sus líneas con signos, agregando otro nivel
de coreografía al espectáculo, y los actores Sordos tienen
sus diálogos y canciones discretamente expresadas por otros miembros
del conjunto en un montaje que teje continuamente al mundo de los Sordos
y de los que pueden oír.
En Big River, el director y coreógrafo Jeff Calhoun diseñó
una producción que trata a las culturas de los que oyen
y la de los Sordos como iguales. “Para los actores que
oyen, es mantenerse enfocado e interpretar todas esas señales;
para los Sordos, es mantener el ritmo interno que se tiene que conservar
en el espectáculo para estar conectado con la persona que está
hablando por usted”, dijo McElroy.
La logística de la producción es difícil de manejar.
Las luces fuera del escenario avisan a los actores Sordos de sus entradas.
Otras señales visuales, como gestos o una parte de movimiento
escenográfico, avisan a los actores de sus líneas.
La producción limita el poner objetos falsos en las manos de
los actores para que tengan la libertad de cantar con sus manos.