A la pregunta ¿Qué estudiaste? Nadie se esperaba esta respuesta: medicina veterinaria y zootecnia. ¿Cómo es que un médico veterinario zootecnista da clase en la institución para sordos? Y así empezó el gran reto de demostrar que un veterinario puede involucrarse en cualquier área, dada la preparación y la dedicación que se necesita para obtener ese título.
No puedo negar que para involucrarme en ese proyecto existió un factor familiar puesto que mi abuelo fue el fundador de la primera escuela para sordos en México y América Latina, hace casi 50 años. Tampoco puedo dejar de olvidar que gracias al Dr. Payró, quien me becó para asistir al congreso "El hombre y los animales de compañía: beneficios para la salud", conocí por primera vez a un perro escucha.
Creo que es importante mencionar todo esto ya que NUNCA me hubiera imaginado que mi carrera iba a estar enfocada a esta área. Es más creo que el Dr. Payró JAMAS se lo hubiera imaginado.
Si bien desde 1993 descubrí al primer perro escucha, no fue hasta 1995 que realmente empecé a trabajar en este proyecto, como parte de mi servicio social.
Los problemas que enfrenta el sordo
Sin entrar en detalles, la sordera puede conllevar a la persona que la posee, a enfrentar muchos problemas emocionales o de la vida diaria. A continuación solamente se esbozan algunos de ellos:
Beneficios de tener un Perro Escucha
En el caso particular de los sordos que tienen un perro-escucha, los beneficios reportados son los siguientes:
El hecho de llegar a casa y saber que nos están esperando, que se alegran de vernos y que alguien necesita de nuestros cuidados, es la primera causa de obtención de un perro. Si pensamos en una persona discapacitada y en el mundo de aislamiento en el que puede llegar a vivir, un perro adiestrado se vuelve más que un instrumento, una compañía incondicional.
En este rubro, se ha estudiado el papel socializador de los perros de asistencia. Una persona que sale sola a caminar tiene mucho menos contactos sociales que si va acompañada de un perro. Si el animal además lleva un collar o arnés distintivos de perro de asistencia, se evita el factor sorpresa por parte del interlocutor al saber de antemano que la persona está del otro lado de la correa es sorda. Se evita así el rechazo físico y visual hacia la persona discapacitada, rechazo que es obviamente percibido por la contraparte sorda y que le causa problemas de integración social, la sordera no es aparente físicamente.
Los tres puntos anteriores ejercen un efecto sobre el bienestar psicológico
de la persona, pero además éste está ligado con
todos los demás cambios fisiológicos otorgados por el
simple hecho de tener un perro: posibilidad de salir a caminar para
pasear al perro y disminución de la presión arterial,
disminución del estrés, por ejemplo.
Retratos del Proyecto
Si bien la sociedad mexicana está familiarizada con los perros de búsqueda y rescate a raíz del terremoto de 1985, con los perros detectores de comida y de droga en los aeropuertos y con los perros guías para ciegos, y felizmente existen ya algunos intentos por parte de grupos médicos veterinarios zootecnistas por difundir los beneficios de los animales de compañía, los perros-escucha siempre causan sorpresa, reacción que no es difícil de entender puesto que existe una gran ignorancia por parte de la sociedad alrededor de la sordera.
Para hacer entonces que una persona entienda la función de un perro-escucha se le debe explicar primero cuáles son los problemas que enfrenta un sordo en la vida cotidiana, por ejemplo, algo tan sencillo como no escuchar el despertador y llegar tarde al trabajo. El programa de perros-escucha tiene entonces el deber de difundir, en primera instancia, las necesidades de los sordos, de generar conciencia de ésta limitación sensorial, que no es una discapacidad, sin por esa razón caer en sensacionalismos como lo fue el caso de los sordos mexicanos explotados en Nueva York.
Por otra parte, en México, empieza ya a divulgarse la labor de los animales como coterapeutas y como asistentes de personas discapacitadas. Creo que es importante reconocer el trabajo del equipo de perros-guía para invidentes, que nos han abierto mucho el camino, sobre todo en materia legislativa.
La tarea de difundir requiere de mucho trabajo y tiempo, y cuando se tiene como objetivos no solamente hablar de los beneficios que los perros pueden aportarnos, de la realidad de una población con limitaciones auditivas y no olvidarnos hablar del papel tan importante que juega el médico veterinario zootecnista en este tipo de programas, el reto es aún mayor.
Difundir es educar. Y uno no educa hasta que ese algo se vuelve parte
de la vida diaria de un individuo. Tenemos todavía un largo camino
por delante, vale la pena intentarlo.
Blacky el primer Perro Escucha de México
A casi tres años de haber empezado una minuciosa labor de investigación sobre temas relacionados con la terapia facilitada por animales, etología canina y sordera, empezamos a entrenar al primer perro-escucha de México. Lucy, Sara, Lili y Jacobo, los tres últimos sordos de nacimiento, decidieron que su hermoso pastor alemán, Blacky, sería el conejillo de indias de este tan ambicioso proyecto. Siendo el primero, están conscientes que vamos a ir aprendiendo sobre la marcha, que tal vez su entrenamiento no sea perfecto.
De una cosa están seguros: Blacky ha cambiado sus vidas y en tan sólo tres meses se ha vuelto parte de la familia. Por mi parte, solamente me resta decir que a mi manera de ver la vida también ha cambiado.
Dedico este trabajo a Lucy, Sara, Lili, Jacobo y Blacky por darle un aliento de esperanza a este proyecto y por demostrar esa dignidad y constante lucha en la vida.
Ana María Berruecos Vila, dirigió la revista de difusión científica "Imagen Veterinaria" de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia, Secretaria de comunicación, UNAM. Acualmente es Directora del Programa de Perros-escucha para sordos, Instituto Mexicano de la Audición y el Lenguaje, A.C., México, D.F.